La muestra, comisariada por Lola Horcajo Calixto y Juan José Fernández Beobide, muestra la mayor transformación urbanística de la historia de la capital guipuzcoana, que durante esos años ganó terreno al mar y a la ría. En esa época, Donostia-San Sebastián conoció importantes avances que mejoraron la vida de sus ciudadanos, como la llegada del ferrocarril, el gas, el agua corriente, el tranvía o la electricidad.

Las imágenes también reflejan la apertura de fábricas, comercios y de la nueva industria del turismo, que proporcionaron nuevos puestos de trabajo a los que también tuvo acceso la mujer.