El cuadro nace de esta descorazonadora realidad y pretende ser un canto al compromiso con la honestidad de quienes se han atrevido a defender sus principios, aun encontrándose con la violencia como única respuesta, hasta el final. ¿Es el ser humano capaz de una entrega mayor? ¿No es esta entrega un acto de amor? Y en ese acto, ¿puede lo terrenal, lo físico, elevarse a un estadio superior? Para Frantxi Lopez Landatxe, director del KM hasta este mismo mes de enero y promotor de la muestra “del San Sebastián, me sorprendió su magnífica factura, la enorme dedicación y trabajo que destilaba; pero, sobre todo, la fuerza de la pintura, como disciplina artística, para expresar la contemporaneidad de forma descarnada. Luego están los pormenores del relato. El cuadro me lleva a los místicos. Me inquieta con esa visión del éxtasis ¿producto, quizás, de una sensación de dar o perder la vida por una razón justa, impuesta, ajena al propio yo? ”.
En la exposición también hay un pequeño óleo con la imagen de su madre a quien dedica la exposición.
El nombre de Javier Aramburu (1966) remite al mundo de la ilustración y el diseño gráfico. Quienes han seguido su trayectoria como diseñador confirman su capacidad camaleónica, siempre distinta y siempre certera. Como pintor, Aramburu defiende la vigencia de los principios del dibujo y la pintura en un tiempo que parece empeñado en dejar un legado efímero. Y lo hace solo con su obra, optando por no hablar sobre ella. “La historia demuestra que, si algo ha de decirse, habrá de ser la obra y no su autor quien lo diga”, dice Aramburu. Alvaro Matxinbarrena, comisario de la muestra celebra “haber ayudado a que esta exposición, de un artista que admiro seriamente, haya sido posible”.
Más información en http://www.javieraramburu.es
ENTRADAS GRATIS
Entradas gratis para tus conciertos favoritos.
Únete gratis sólo con tu email al Club Kmon.