Pregunta. Hoy en día que nadie regala nada, usted nos da un libro con su nuevo disco,, concretamente ‘El derecho a la pereza’ , de Paul Lafarge. ¿Por qué lo ha hecho?
Respuesta. ‘El derecho a la pereza’ es una obra del siglo XIX, cuando las condiciones económicas eran bastante peores. Entonces Paul Lafarge ya dijo que el trabajo realmente era una esclavitud y que lo que había que reivindicar realmente era la pereza. No creo que él defendiera uno simplemente estuviera tumbado en la hamaca, sino que lo que llama ‘pereza’ es dedicarse a actividades que realmente enriquezcan al individuo, algo que no da el trabajo. Teniendo en cuenta la situación de paro y lo mal que lo está pasando mucha gente, puede parecer que es un sarcasmo, pero no lo es. Es una aportación a un debate que me parece necesaria. Además, es un libro breve y así los perezosos no tienen que leer demasiadas páginas.
P. ¿No es chocante que el libro hable de un tema y las canciones de su disco, básicamente sentimentales, vayan absolutamente por otro camino?
R. Las canciones bonitas de toda la vida han sido sentimentales y yo cultivo eso con mucho agrado. Me encanta hablar de mujeres y de esas cosas. Una de ellas, ‘Fuera de la Grey’, aclara un poco mis posturas religiosas. Como fui llevado a los tribunales por estos asuntos, quería dejar clara mi postura sobre estas cuestiones.
P. En esa canción dice ‘Cuando a Dios le dije adiós, me quedé tan tranquilo’ ¿Así se ha quedado al final de lo que le ha tocado vivir?
R. Bueno, digamos que todo esto ya es agua pasada.
P. Habla del derecho a la pereza, pero sin embargo es un creador constante. Sabemos que cada dos o tres años vamos a recibir un nuevo disco suyo…
R. Mi media es de dos años y medio poco más o menos. Seguramente será que yo dedico mi ocio a hacer canciones, no es exactamente mi trabajo. De hecho, no es trabajo en absoluto. Aunque tenga rendimientos económicos para mi vida, no tengo que ir a un puesto de trabajo, me gusta hacerlo, lo hago cuando quiero. En fin, eso lo diferencia mucho de lo que se entiende por trabajo. Lo hago porque quiero hacerlo, no porque tenga que hacerlo.
P. Y sin embargo, en una de sus nuevas canciones habla del escenario como del ‘Monte Calvario’…
R. Bueno, eso es para rimar…(risas). Me parecía plausible que lo llamara Monte Calvario. Además suele estar en alto el escenario, pero yo disfruto mucho allí.
P. También llama la atención la cantidad de nombres femeninos que cita a lo largo de su trayectoria y también en este trabajo: Gabriela, Lulú, Lucrecia, Mariví…¡Además no le dedica todas las canciones a una misma mujer!
R. Les pongo nombre a algunas canciones porque con eso y algún otro toque se puede ver quién está en la canción y que parezca más real, aunque sea ficticia.
P. Sus nuevas canciones tienen un cierto tono optimista. ¿No cree?
R. Es curioso, porque considero que soy un tanto melancólico, pero no es la primera vez que me lo dicen y sí parece que pueden tener un cierto tono animoso. Me alegra oírlo.
P. Este disco también tiene algún momento oscuro, como cuando dice: ‘¿Qué nos traerá el futuro? / Desolación y pan duro’. ¿Así lo ve realmente?
R. Sin embargo, esa letra va envuelta en una melodía alegre. Trato de llevar el humor a esos asuntos un tanto graves. Pero reconozco que estoy preocupado. Pienso en mis nietas y pienso: ¡Dios mío, lo que les espera! Es cierto que la vida siempre ha estado jodida, pero no puedo evitar preocuparme por ellas.
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