2-3-2013

Pregunta. Su biografía es tan extensa y variada que dificulta presentarle de manera escueta. ¿Podía hacerlo usted mismo?

Respuesta. Es igual de difícil para mí. Lo único que sé es que estoy enamorado de lo que hago, de la música y del arte. Casi me considero un aficionado porque solo veo ese amor. A veces en los profesionales se puede ver una especie de rutina, pero como cambio de registro tantas veces, me siento como un aficionado que lo está descubriendo todo por primera vez. Es muy difícil de definir, ya que ni siquiera yo sé lo que hago. Soy muy instintivo y si me gusta algo, lo hago, sin prejuicios y sin pensar qué pasará si no sale bien.

P. Dice que le gusta cambiar de registro. De hecho pasa de lo clásico al tango y de ahí a lo centroeuropeo con total naturalidad. ¿De dónde viene su música?

R. Viene de todos esos sitios y más. De hecho, viene del respeto que tengo a todas las músicas. Me gustan todas las música y cuando me gusta algo soy como un niño que quiere tenerlo también. Cuando conocí la música cíngara, no solo quería escucharla sino que la estudié, siempre a mi manera. Igual que el flamenco, que lo toco y lo estudio pero siempre a mí manera, aunque no sea un músico flamenco. Y a veces cuela y a veces no. La diversión y la ilusión de poder aprender  es algo que no veo especialmente en los músicos clásicos, que aprenden a dominar su instrumento y continúan tocando el mismo repertorio toda la vida. Para mí fue fundamental encontrar la ilusión y el interés por aprender cosas nuevas.

P. ¿Y qué tipo de música le interesa en este momento?

R. Siempre hay cosas. El año pasado hice una colaboración con Kepa Juntera, que domina la música vasca, y disfruté mucho. Tenemos intención de hacer una gira juntos. Yo vengo del mundo clásico y para mí todo lo que sea improvisación es muy divertido, nuevo e innovador. Ahora estoy muy interesado en aprender diferentes estilos de improvisación.

P. En obras como ‘Los Divinos’ se acerca a la música clásica de una manera muy diferente y personal. ¿Es necesario mostrar este género de otra manera para captar nuevos públicos?

R. Se dice que es ‘de otra manera’, pero para mí simplemente es ‘mi manera’. Cada artista debe ver la música a su manera,  por eso somos artistas, creadores e individualistas. Tenemos que hacer la música como cada uno la entiende y no como te dicen que hay que hacerlo, algo que por desgracia está muy extendido en la música clásica. Nadie en el mundo puede tener la arrogancia de decir que Bach o Mozart se tocan de una determinada manera, ya que con músicas tan ricas hay miles de formas de interpretarlas

P. ¿El humor es un ingrediente indispensable de es forma de entender la música?

R. Tal vez sea un defecto personal que tengo, pero me encanta ver la vida desde un punto de vista humorístico y es algo que traslado a mis conciertos. Como estoy enamorado de la música, también estoy enamorado del buen humor y de la felicidad. Si puedo combinar música y risa, soy más feliz.

P. También ha creado numerosos espectáculos dirigidos al público infantil. ¿Cómo cambia su manera de interpretar cuando se dirige a estos espectadores tan especiales?

R. Llevo más de 15 años tocando para el público infantil y lo que he podido aprender son dos cosas que para mí son reglas: no tomar por tontos a los niños, porque son muy inteligentes; y no cambiar mi forma de interpretar, es más, me lo ‘curro’ aún más para que les guste. Esto es porque son mucho más sinceros que los adultos; si no les gusta te lo dicen a la cara.

P. ¿Le queda algún proyecto que aún no haya acometido?

R. Muchísimos, por supuesto. Me gustaría tener tiempo para vivir en Sudamérica, para descubrir a fondo la música de allí. Y también en la India. Para poder hacer todo lo que me gustaría hacer hay que vivir varias vidas.