Relatos de una expedición
En mi particular expedición voy paseando a través de muy diferentes escenarios en donde hay una constante búsqueda de significado a muchas preguntas.
En el corazón de las Bardenas Reales el silencio es una constante y me envuelve en su infinita extensión. Encuentro la esencia de la soledad y la serenidad. Las rocas esculpidas por el viento y el tiempo me ayudan a reflexionar sobre nuestra pequeñez en el universo. En este mar de arena y piedras, lejos del bullicio cotidiano, en la pureza de estos momentos mi alma encuentra paz.
Desde las alturas, Donosti se me muestra como una ciudad en calma, las calles y los edificios se despliegan como un lienzo ordenado, una obra de arte en sí misma. Sin la presencia de personas adquiere una cualidad casi etérea, como si la ciudad respirara el mismo silencio que el desierto. Pero es en los rincones secretos con escenas de personas solitarias donde encuentro la verdadera poesía urbana, me hablan de intimidad y quietud.
En la ciudad, bajo la lluvia, los paseantes adquieren otra dimensión. Cada gota de agua que cae es un recordatorio de la fragilidad de la vida.
La playa, con su dualidad de estados me ofrece otra dimensión. Vista aérea de una playa abarrotada de gente mostrando un mosaico de colores y movimientos, una sinfonía caótica de la vida. La multitud me recuerda nuestra necesidad de contacto humano.
Cuando me acerco a la playa su belleza se transforma.
Observo de cerca a los paseantes, figuras anónimas que transitan entre estos mundos, son testigos mudos de mi travesía. En la playa bajo el sol, sus siluetas recortadas me hablan de libertad y gozo de estar en la naturaleza.
Reflexiono sobre mi existencia, mi conexión con la Naturaleza y la ciudad, y la profunda belleza que puedo encontrar tanto en la multitud como en la soledad. En cada rincón, cada playa, cada paseo hay una historia que contar. A través del Arte y la Filosofía, exploro la esencia de lo que significa ser humano.
El arte no es sólo una forma de expresión, es una verdadera expedición en el que a través de mis paseos encuentro en la pintura una herramienta para explorar el sentido de la existencia.
Cada paseo es una oportunidad para descubrir y celebrar la riqueza de la experiencia humana en todas sus formas.
Elena Arrese Villanueva
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