Una de las participantes, Emma Veloso, de 14 años, representó en una propuesta grupal a la escuela Sarra Etxebarri. Becada en la Joffrey Ballet School de Nueva York, en lista de espera en el American Ballet además de Mónaco Montecarlo y  también seleccionada para la escuela Attitude Ballet Studio de Viena, ha compartido su impresión del concurso calificándolo de satisfactorio y acuñando la excelente oportunidad que representa recibir clases de una excelente profesora como Stephanie Roublot.

Su motivación no solo es la competición y ganar un premio, sino interactuar con las personas, conocer gente nueva, aprender cómo funciona un  concurso,  bailar  en público  y como todas las niñas de su edad, divertirse. Sueña con irse a estudiar a una gran escuela fuera de españa, regresar y crear su propia compañía con su nombre. En las próximas semanas audicionará para la Joffrey Ballet School  y la  John Cranko Schule.

Escuela de Errenteria

Mairi Maya, otra concursante de la escuela de Errenteria, presenta de su propia autoría una pieza  llamada ‘Ezpatadantza y una pregunta’, un trabajo interior motivado por las búsqueda y la fusión entre la danza contemporánea y las danza  tradicional vasca. Más allá del  hecho de competir en el certamen  pretende mostrar  su arte  y como lo siente a través del movimiento.

Con solo 13 años su nivel y profundidad creativa marcan un precedente en las nuevas generaciones de estudiantes. No puede negar la influencia de su familia especialmente de su madre Vanessa Castaños, Alain Maya su tío, sus profesores, Iker Gurillo, Elene Carreto  una de sus profesoras y  un padre Jon Maya orgulloso disfruta del entusiasmo de su hija y la experiencia que ha desencadenado en ella  el concurso.

Ambas participantes demuestran no solo talento técnico sino también una madurez artística y visión clara de sus objetivos  reflejando el alto nivel de  los participantes en este nuevo y prometedor concurso internacional.