Pregunta. ¿Cómo está transcurriendo esta gira veraniega?
Respuesta. Entre incendios y sudores.
P. Han pasado ya casi tres años desde la publicación de ‘El Poeta Halley’, vuestra última referencia de larga duración con temas originales. ¿Cómo veis desde la distancia ese trabajo?
R. Quizás no éramos conscientes del riesgo que corríamos presentando un disco tan fuera de la tónica general como nuestro último disco. Creo que se están haciendo muchas canciones y discos para ser tocados en festivales y competir en el beat y el arribismo. En cambio, el Poeta Halley era una inmersión en la lírica, en la inspiración. Canciones de largo desarrollo que poco tienen que ver con el consumo actual de música. Sin embargo, el resultado ha sido una conexión muy profunda con el oyente que ha entendido que con LOL no se puede ser un mero receptor pasivo. Tiene que existir un deseo de búsqueda y comprensión.
P. ¿Evolucionan las canciones con el directo o son una foto fija de lo que creasteis en vuestro local de ensayo?
R. Claro que sufren algunas mutaciones. Las grabaciones están sobrevaloradas! (risas). De algún modo las canciones en directo ganan músculo y energía. Algo que es complicado plasmar en el estudio porque las canciones son 'formas de vida', por así llamarlas, acabadas de llegar. Débiles. Poco curtidas en la batalla de la vida.
P. En estos conciertos os están acompañando músicos y amigos invitados. ¿Qué aportan a la banda, tanto en el plano musical como en el personal?
R. Decidimos encarar los conciertos de este verano con un formato diferente al habitual. En ese sentido buscábamos algo más sobrio, sin la necesidad de llevar pantallas, confeti y esos añadidos de los shows para enriquecer las canciones. La idea era defendernos con las canciones sin tregua. Es así que quisimos hacer arreglos nuevos a viejas canciones. Cambiar el vestuario de canciones como 1999 o Allí donde solíamos gritar. El resultado ha sido muy enriquecedor para la banda ya que hay que saber jugar en el escenario cuando once músicos tocan a la vez. Dejar espacios, saber callar y dar asistencias delante de portería.En el plano personal, ha sido sumar risas y muecas a una gira que está siendo muy divertida también fuera del escenario.
P. Love of Lesbian ha conseguido un extraño equilibrio: éxito de público y a la vez reconocimiento de la crítica. ¿Existe alguna fórmula mágica que lo explique?
No hay una fórmula mágica. No existe. Y si la supiera intentaría patentarla. Hay demasiadas bandas ensayando en un garaje o local intentando llega a donde hemos llegado nosotros. Tantas como niños queriendo ser Messi. En nuestro caso siempre ha sido ir a nuestro rollo. Seguir un instinto propio sin fijarnos demasiado en el qué dirán o en lo que hace el resto. Y sin prisas. Las prisas producen ansiedad y frustación en esta profesión.
P. En pocos meses vais a empezar a trabajar en vuestro próximo trabajo de estudio. ¿Qué podéis adelantarnos de ese nuevo proyecto?
R. Están saliendo canciones más cortas comparándolas con el disco anterior. Empezamos a empaparnos con el leitmotiv que tenemos en mente. y eso es muy mportante para nuestros discos. Entraremos a gravar a lo largo del primer trimestre del 2020 y tenemos intención de que sea publicado durante el útimo trimestre del mismo año.
P. En ese sentido, ¿de dónde surgen las canciones de Love of Lesbian?
R. De un chispazo inicial en el que nada estás pensando. De un trabajo constante de descartes y aciertos. De la combinación creativa entre las ganas de jugar y el cariño por las canciones.
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